sábado, 6 de julio de 2013

50-49 Sombras

Capítulo 13 "Vuelvo a verte"


Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas: recordar aquellos momentos con quien era ahora mi ex novio era demasiado doloroso, y más porque estaba completamente segura que si seguía insistiéndome, acabaría rindiéndome y podrían ocurrir dos cosas: que realmente acabara con él de nuevo o lo separara de mí para siempre. ¿Cómo podía ocurrirme eso después de todo el tiempo que pasó? ¿Acaso mi corazón seguía queriéndolo como el primer día? Me había ido a la cama, dándome cuenta que esa canción la tenía en el reproductor; antes le daría las buenas noches a mi hermana. Y allí estaba, en la cama acostada de lado, mirando la pared y pensando qué podría hacer, porque estaba claro totalmente que David me estaba enviando mensajes subliminales a través de la canción…

Sin darme cuenta me acabé durmiendo en la cama con el mp3 encendido, pero cuando me levanté a la mañana siguiente éste pequeño aparatito estaba apagado, era normal ya que la batería no duraba eternamente. Bostezando y levantándome, quedándome sentada en el borde de la cama, miré mi habitación y los rayos del sol pasar por la ventana como si me estuvieran dando los buenos días ellos mismos. Entonces a mi mente vendrían de nuevo esos recuerdos de la noche anterior: los bailes, el encuentro con Aless después de intentar localizarlo por horas, una danza entre los dos, sus palabras…

Y recordé también que no hubo respuesta por mi parte a aquella pregunta que me hizo. Desgraciadamente hubo un incendio y por la gran cantidad de gente, acabé cayéndome al suelo y desmayándome de igual manera. Pero quien me rescató fue nada más y nada menos que alguien que yo tenía ya por perdido. Suspirando, me dediqué a ir al baño, lavarme la cara y ponerme a desayunar, porque debía buscar a Aless para explicarle todo lo ocurrido. Debía saberlo, porque él estaba a punto de recibir una respuesta a la pregunta de la discoteca, pero por alguna extraña razón tenía la sensación de que se imaginaba que David no era solo un amigo mío. Una vez desayunada, después de haberme comido un par de tostadas con mermelada de fresa y un batido de vainilla, fui a mi cuarto, pero antes comprobaría que no había nadie en casa. ¿Dónde estaban todos…?

Mientras me vestía, le envié un mensaje a Aless para que, cuando estuviera despierto, me avisara y viniera a mi casa para explicarle todo mejor. Me coloqué unos pantalones cortos, una camisa de tirantas y unas chanclas. Sonó el timbre: bien, ya estaba allí. Debía respirar hondo, relajarme y tener la mente clara. David solo era mi ex pareja. Me acerqué y cuando abrí la puerta me encontré con un moreno. Pero no era un moreno de ojos azules. Fueron mis ojos los que se abrieron completamente al verme a quien estaba allí: David.

-¿Qué haces aquí?.-Dije frunciendo el ceño, sin cortarme en decirle aquellas palabras tan cortantes.

-Quería hablar contigo de lo que pasó anoche y…recibir una respuesta de ello.-Me miraba con un brillo en sus ojos, como si fuera de color verde esperanza. Pero realmente no sabía qué podría responderle cuando mis sentimientos estaba liados como los cascos de cualquier reproductor de música. De esos cascos que crees que guardándolos bien y sabiendo que están perfectamente enlazados…acaban enredándose en un bolsillo o en el lugar guardado. Así estaban mis sentimientos y mi corazón.

-David, necesito tiempo, no quiero que me atosigues o entonces sí que no podré darte una respuesta clara.-Bajé mi mirada al suelo, viendo los zapatos ajenos. Pero si ya no tenía suficiente con la presencia inesperada de David allí, mi teléfono móvil sonó: era un toque. Eso quería decir que Aless iba a ir a mi casa a hablar conmigo. Mierda.

-Pero Zoe…-Mi mejilla captó la mano de David tocándomela, mis ojos se elevaron y fijaron en los de él. No por favor, otra vez aquella sensación no…

-Supongo que para esto me has citado aquí, para dejarme todo claro.-Soltó una voz que no supe de quien era hasta que mis ojos se desviaron a la figura ajena que tenía a mi lado. Alessandro.

-¿Y tú quién eres?.-Soltó David de repente, pero tiré de su brazo mirándole mal.

-Es mi vecino, estuvo conmigo anoche junto a Luna y su compañero de piso.-David sonrió de lado y le miró, pero no de muy buena manera a decir verdad.

-Ah, vale. Encantado, pero ¿a qué vienes? Porque Zoe y yo tenemos que hablar de cosas importantes.-Arqueaba una ceja, pero yo sin pensármelo más le respondí a David con frialdad en mis palabras.

-No, David, con quien tenía que hablar era con él.-Señalé a Aless, que mostró una sonrisa en el rostro cuando salí en su defensa: estaba percatándose de lo que pasaba.-Así que, por favor, vuelve en otro momento.-Después de decir aquellas palabras el rostro del moreno que tenía delante de mí se volvió oscuro, sus cejas se fruncieron.

-¿Estás saliendo con él, Zoe? No me cuadra que salgas a la defensa por alguien. Solo lo hacías con alguien y ese alguien soy yo.-Dijo, pero yo le miré bastante molesta, alejándome de él.

-Tú lo has dicho, es lo que solía hacer, pero ahora ya no salgo en tu defensa. Porque a ese alguien que solía defender siempre, me abandonó. ¿Querías una respuesta, David? Pues aquí la tienes: no voy a volver contigo.-No sé qué demonios me estaba pasando, pero esas penas que sentía por la noche se estaban borrando estando al lado del italiano. ¿Era como una brisa nueva para mí? Tenía las ideas mucho más claras gracias y solo, a su presencia.

-Pero…-Levanté la mano para que parase de hablar porque no quería escucharle más. Aless se mantenía a un lado sin decir absolutamente nada, hasta que suspiró. David nos miró a ambos y acabó yéndose sin decir tampoco nada, indignado sin entender. Una vez su silueta había desaparecido totalmente de mi vista y la de Aless, éste sería quien me miraría con la mirada completamente abierta, viéndose aquellos grandes ojos azules. Me sonrojé y miré a otro lado, ¿acaso no estaba acostumbrado a esa actitud?

-¿Qué pasa?.-No le miraba, porque me imaginaba la cara que tenía de verme echarle cojones a alguien que era parte de mi pasado y que creía que haría que volviese con él. Estaba segura que si no llegaba a estar Aless allí, ahora mismo sería de nuevo pareja de David.

-Vas a tener razón, no eres una principessa…eres toda una guerrera.-Me dijo acercándose a mí para sonreírme encantadoramente, alzando su mano para que nuestras miradas se encontrasen de nuevo.-Sinceramente…no sé qué habría pasado si hubieses vuelto con él…-Se notó inseguridad en su mirada nada más percatarme de ello. Estaba harta de inseguridades, harta de acabar siempre herida: me tocaba disfrutar.

-Pues esta guerrera no va a volver con él.-Elevé ambas manos para sujetarle de la nuca y atraerlo a mí para ser yo quien le daba un beso en los labios, cerrando los ojos y que notase que podía estar seguro. Él me abrazó por la cintura y estuvimos besándonos durante unos minutos, hasta que me separé, rozando aún con mis labios los ajenos.-Pitufo…-Murmuré mirándole a los ojos, éste me devolvió una sonrisa cálida, cariñosa y sobre todo sincera.

-Entonces…¿esta pequeña principessa guerrillera quiere estar con un pitufo como yo?.-Me decía mirándome a los ojos mientras me acariciaba la mejilla con el dorso de la mano.

-Si.-En esos momentos no me sentí más tranquila conmigo misma desde hacía muchos días.


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