viernes, 28 de junio de 2013

50-49 Sombras

Capítulo 9 "No digas nada"

¿Qué pasó al final con aquel encuentro tras la puerta entre Alessandro y yo? Pues simplemente se quedó en eso, porque por cansancio y petición de mi hermana Natalia, regresó al piso sin saber nada más de mí. No quería nada de él, estaba cansada que siempre me la jugasen de esa manera, no se enteraban que una cosa era el tonteo en sí, coquetear y así llegar a conocer a gente, pero de ahí a que te mintieran diciendo que realmente tenía pareja después de días tras de ti…no gusta a nadie…a no ser que se trate de la Anastasia de la novela de E.L. James. Masoquismo puro y duro. Pero yo no era como ella, porque no me dejaba arrastrar y menos dejarme pisotear por una rubia italiana que solo sabía sonreír con superioridad a los demás y a las chicas que se cruzaban por su camino. Aunque siendo Aless su pareja puede que tuviera razones de más. ¿Conclusión? Ganó Lydia y yo perdí. Después de eso nuevos días vendrían.

Los siguientes días donde me iba a la biblioteca temprano para estudiar y prepararme para la selectividad a la semana siguiente, Alessandro intentó hablar conmigo de todas las maneras: llamándome por teléfono, pero no se lo cogía; esperándome en la puerta de casa, pero una vez me lo encontraba le ignoraba y entraba en casa; por cartas en el buzó que acabarían rotas en la basura a los minutos de recibirlas. ¿No entendía que no quería saber nada de él? ¿Por qué insistía tanto? Oh, sin dejar de mencionar que Lydia seguía rondando por allí a pesar de las “palabras duras” del italiano. ¿Cómo echar a una novia así sin más? Cada vez que lo recordaba me reía…y para evitar recordar más, borré todo del móvil con referencia a él.

¿Cómo pude ser tan inocente y pensar que un rubiales como aquel me daría opciones a conocerlo más que un amigo?

Una semana pasó a lo tonto, llegando selectividad y con ello mi tiempo llegó a cero en el hecho de tener vida social. Alessandro desistió y se acabó rindiendo totalmente, dejando de insistir en las llamadas: si me lo encontraba en el portal me miraba como si quisiera hablar conmigo, pero sabiendo que no lo haría, seguía adelante hasta entrar en su casa o salir de ella.

Era triste. ¿Qué se le iba a hacer?

Los exámenes terminaron, dejando todas las asignaturas, tanto la filosofía como el inglés fuera de combate, más tarde cayeron las otras dos más una más de la fase específica. ¡Era libre! Y sin que nadie pudiera molestarme u ocupar mi mente con pensamientos de amagos amorosos. Luna me llamó nada más terminar los exámenes para quedar por la noche y darnos una fiesta que ni mi hermana se creería que me la iba a dar. Llegando a mi casa dando tumbos de alegría, en la puerta de ella, me encontré a Andreas saliendo de su piso: sonriéndole le saludé con tranquilidad, pero notándose que estaba más relajada.-¡Hola Zoe! ¿Cómo te fue todo?.-Me preguntaba el morenazo de ojos verdes.

-Pues muy bien, ya es solo momento de esperar las notas que me las dan la semana que viene. Esta noche me voy de fiesta con mi amiga, para celebrarlo, ya sabes.-Decía sonriendo y respirando hondo.

-Me alegro mucho Zoe, de verdad. Por cierto, ¿pasó algo entre Aless y tú? Últimamente lo veo muy…disperso, no sé, me parece raro porque ya ni me hace bromas. Está todo el día entrando y saliendo, quedando con chicas y llegando tarde a dormir.-Mis ojos se ampliaron totalmente, luego negué encogiéndome de hombros.

-No lo sé, yo no hice nada, simplemente no me gustó que me mintiera con el tema de su novia.-Decía sacando las llaves de la maleta mientras le seguía mirando, pero ahora el sorprendido fue el italiano moreno.

-¿Qué novia?.-Parecía más que sorprendido, como si previera lo que iba a decir.

-Su novia Lydia.-Dije secamente mientras metía la llave en la puerta y suspiraba.

-Lydia es su ex, ¿quién te dijo que era su novia? Porque, que yo sepa, lo dejaron hace…unos siete meses más o menos.-Espera…entonces la zorra rubia me había mentido, estaba completamente segura.

-Pero…-Me quedé pensativa con todo lo ocurrido. Aless decía la verdad. Dios, quería morirme de la vergüenza, al final la tonta fui yo al dejarme llevar al campo que la italiana barbie quería que fuese. Me dejé engañar y alguien que se estaba interesando en mi se alejó de mi por lo mismo.-¿Dónde está ahora Aless?.-Pregunté a su compañero curiosa pero con intención de hablar con él.

-No está, se fue por la mañana y aún no ha vuelto. Y dudo que lo haga, porque decía que tenía planes para todo el día.-Se llevó una mano a la nuca.-Siento no poder ayudarte mucho más, Zoe. Si tienes algún problema más me lo dices, soy tu vecino después de todo.-Sonreía amablemente aquel chico para despedirse de mi e irse.


¿Y ahora cómo hablaría con Aless para localizarlo y disculparme personalmente por ello? Una pequeña bombilla se me encendió. El móvil. Mierda, no podía, lo borré todo, absolutamente todo: los mensajes, el número en sí y las conversaciones de Whatssap. Estaba agobiándome por momentos…

¿Es que ya no quería saber nada de mi?


No hay comentarios:

Publicar un comentario